Caçuelas

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Berenjenas con azafrán y acelgas para la boda de un converso.

Del libro Sefardí
Una de las características de las berenjenas es que se pueden comer frías. Las prácticas culinarias de los judíos conversos durante el período de la Inquisición son prueba de ello. De hecho, el Tribunal de la Inquisición de Toledo acusó a varias familias de haber comido «guisos de berenjenas frías» llamados caçuelas como almuerzo del sabbat,
que habían preparado el día anterior. Sin embargo, también se encuentran evidencias del consumo de estos guisos de berenjena por parte de los judíos sefardíes de España en la literatura española. En el Cancionero del siglo XV figura una copla compuesta de versos satíricos, dirigida al converso Pedro González y escrita por Rodrigo de Cota, otro converso. Los versos mencionan platos judíos en banquetes cristianos, y, en particular, en la boda del nieto de Diego Aria-Dávila (que se nombra en los juicios de la Inquisición): una boda entre un novio converso y una novia cristiana donde la ausencia de cerdo y pescado sin escamas se compensó con berenjenas. Los versos son los siguientes: En la boda desta aljama / no se comi peliagudo / ni pescado sin escamo / en quantol marido pudo / sino mucha varagena / y açafran con açelguilla / quien Ihesu diga en la cena / que no coma albondiguilla.
La aljama es un término de origen árabe que se usaba en la España cristiana para denominar el barrio judío (o a veces musulmán). No solo nos cuenta dónde tuvo lugar la celebración, sino que también destaca que se trataba de una boda judía. Los versos hacen hincapié en la observancia de las leyes dietéticas de la kashrut de esa familia e insinúan que los judíos «engañaban» a la gente de su entorno al recuperar sus comidas tradicionales (berenjenas, acelgas, etc.) en cuanto se les dejaba sin vigilancia («en quantol marido pudo»).

Ingredientes

1 manojo de acelgas
100 ml de aceite de oliva
2 cebollas, en rodajas
2 dientes de ajo
3 hebras de azafrán
½ cdta. de sal
½ cdta. de pimienta
negra molida
3 berenjenas medianas, en
rodajas de 1,5 cm
Albóndigas de carne (opcional)



[1]Lava las acelgas y separa los tallos de las hojas. Corta los tallos
en trozos de un dedo de grosor y quítales las venas más gruesas
a las hojas. Cuece las acelgas en agua hirviendo con sal durante
15 minutos. Retira del fuego, escurre para que suelte el agua
y reserva.

[2] Calienta el aceite de oliva en una sartén y añade las rodajas de
cebolla, el ajo, el azafrán, la sal y la pimienta. Sofríelo durante
5 minutos a fuego medio.

[3] Incorpora las rodajas de berenjena en una sola capa, sin
superponerlas, y coloca las acelgas por encima formando una
segunda capa. Tapa la sartén y cuécelo a fuego lento de 10 a 15
minutos. Retira del fuego pero déjalo reposar dentro de la sartén
10 minutos; después, vuelca el contenido en una fuente para servir.

[4] Este plato puede combinarse con albóndigas de carne, ya sea como
acompañamiento o incorporadas entre las acelgas y las berenjenas.

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