Una propuesta diferente, pero no menos deliciosa.
No deja de ser una metáfora que la amapola esté considerada una mala hierba. Me recuerda mucho a aquella cancioncilla de Calderón de la Barca: “Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro, entre sí decía, / más pobre y triste que yo?; / y cuando el rostro volvió / halló la respuesta, viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó.” Comer la esencia de la amapola, mala hierba entre los trigales, es de sabios. Sabedlo.
Ingredientes
Ralladura de 2 limones
200 g de azúcar blanquilla
120 g de buttermilk
3 + 4 cucharadas de zumo de limón
3 huevos tamaño L
220 g de harina común
1 1/2 cucharaditas de levadura de repostería
1/4 cucharadita de bicarbonato
1/4 cucharadita de sal
150 g de aceite de girasol o de oliva suave
1 cucharada de semillas de amapola
60 g de azúcar glas
Molde para cake de 20 cm.
1 · Precalentar el horno a 180 ºC, calor arriba y abajo y engrasar un molde para cake de 20 centímetros
2 · Combinar en un bol la ralladura de 2 limones y 200 gramos de azúcar blanquilla, frotando con los dedos hasta conseguir una textura parecida a la arena húmeda. Añadir 120 gramos de buttermilk, 3 cucharadas de zumo de limón y 3 huevos tamaño L. Batir hasta integrar bien.
3 · En un recipiente aparte, mezclar 220 gramos de harina tamizada con 1 1/2 cucharaditas de levadura de repostería, 1/4 cucharadita de bicarbonato y 1/4 cucharadita de sal. Volcar los ingredientes secos sobre la masa, incorporar 150 gramos de aceite de girasol o de oliva suave y 1 cucharada de semillas de amapola e integrar bien con ayuda de una espátula de cocina.
4 · Verter la mezcla en el molde preparado y hornear durante 1 hora aproximadamente, o hasta comprobar en el centro que está bien cocido. Dejar enfriar en el molde hasta que esté tibio al tacto y trasladar a una rejilla colocada sobre una bandeja.
5 · Mezclar las 4 cucharaditas restantes de zumo de limón con 60 gramos de azúcar glas. Extender el glaseado de manera uniforme sobre la parte superior y los lados del pastel con ayuda de un pincel de repostería. Dejar enfriar por completo antes de cortar.