Mejillones a la napolitana

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Golpe de mar en el acantilado de los dientes.

En su tibia carne encendida, palpitante de naranja, reside todo el sabor del océano y en cada célula explota un poco el mar en el acantilado de los dientes. He pensado en ti mejillón, no es azar que seas aumentativo de mejilla, porque en ese bocado que se lleva uno, en ese sorbo, se lleva también el delicado roce de labio y carne.

Nos encantan los mejillones preparados de casi todas las formas posibles; en este caso, los probamos como entrante en casa de una amiga, que aprendió a hacerlos durante una estancia en Nápoles. Nos gustaron tanto que no paramos hasta acabar con la salsa y nos la tomábamos a sorbos con las cáscaras vacías de los mejillones. Nos contaba nuestra amiga que los italianos son muy maniáticos con el tomate y que cada receta se hace con un tipo específico del mismo. En este caso hay que utilizar tomate de lata troceado en cubitos: ni tomate natural, ni triturado, ni passata, ni entero… o te arriesgas a que el resultado no sea el mismo. Nosotros, ante la vehemencia de tal afirmación, y dada la procedencia camorrista del plato hemos preferido no ponerlo en duda y seguir escrupulosamente sus instrucciones.

Ingredientes

1 kilo de mejillones frescos
1 lata de 390 g (peso neto) de tomate troceado en cubitos
100 ml de vino blanco seco o de fino
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo grande o 2 dientes medianos
2 guindillas secas
1/2 cucharadita de sal
25 g de perejil fresco picado (como medio manojo, solo las hojas)

1 · Limpia bien los mejillones retirando con un cuchillo de sierra o un estropajo de aluminio los restos de suciedad de las conchas (lapas y corales que se le quedan pegados) y las barbas de los mejillones.
2 · Pon las 4 cucharadas de aceite en la cacerola baja o sartén en la que se vayan a cocinar los mejillones. Añade el ajo picado en trozos pequeños y las 2 guindillas, y saltea hasta que el ajo tome color sin que se queme.
3 · Incorpora la lata de tomate troceado y saltea un par de minutos. Incorpora el vino blanco o de fino y la media cucharadita de sal. Sube para que el tomate se haga a fuego fuerte y se evapore el alcohol. A los cinco minutos, baja el fuego y tapa para que se termine de hacer la salsa de tomate.
4 · Agrega los mejillones distribuyéndolos bien por la cacerola, tapa de nuevo y sube el fuego al máximo (la mejor forma de abrir los mejillones es a fuego fuerte, poco tiempo). Espera a que se abran y justo en el momento de retirarlos del fuego añade el perejil picado. Sirve con un buen trozo de pan al lado para mojar en la salsa (o utiliza en su defecto las cáscaras vacías de los mejillones).

Consejo:  Al retirar esas barbas o pelillos que le salen a los mejillones es conveniente hacerlo tirando de ellos hacia la zona de la punta del mejillón, no hacia la parte redonda, para evitar que se desgarren en el interior.

Puedes poner esta receta como entrante para compartir o mezclarlos con unos espaguetis cocidos para unos spaguetti con le cozze. 

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