Del libro Repostería japonesa, editado por Col&Col
El libro Repostería japonesa, editado por Col&Col, es una verdadera joya para los amantes de la precisión, la estética y la dulzura sutil. Una obra que demuestra cómo en la repostería nipona la técnica y la sensibilidad van de la mano: cada postre es una pequeña lección de equilibrio, belleza y respeto por los ingredientes.
Entre sus recetas más encantadoras se encuentra el purin, la versión japonesa del clásico flan o crème caramel. Su textura es tan delicada que casi tiembla, con un dulzor suave y un perfume a vainilla que conquista tanto a pequeños como a mayores.
El flan llegó a Japón hacia la década de 1860, servido por primera vez como postre en un hotel regentado por un inglés. Con el tiempo, se popularizó en restaurantes y cafeterías, y el nombre inglés custard pudding derivó en el entrañable “purin”, más fácil de pronunciar para los japoneses. Hoy en día, el purin es un símbolo del postre casero japonés: se encuentra en pastelerías, cafés, supermercados y, por supuesto, en las cocinas de todo el país.

Ingredientes
- Para el caramelo
- 100 g de azúcar blanco
- 2 cucharadas de agua
- 2 cucharadas de agua hirviendo
- Para la masa de purin
- 1 vaina de vainilla
- 600 g de leche entera
- 240 g de huevo (aprox. 5 unidades)
- 40 g de yema (3 yemas aprox.)
- 80 g de azúcar blanco
- 6 moldes o ramequines de 180 ml
ELABORACIÓN
Precalienta el horno a 150 °C (sin ventilador) y prepara agua caliente (60–70 °C) para el baño maría.
Haz el caramelo: calienta el azúcar con 2 cucharadas de agua hasta que tome un color ámbar. Retira del fuego, añade con cuidado el agua hirviendo y reparte el caramelo en los moldes.
Prepara la leche: abre la vaina de vainilla, raspa las semillas y caliéntalas junto con la leche hasta alcanzar 60–65 °C.
Mezcla los huevos: en un bol, combina los huevos, las yemas y el azúcar, removiendo suavemente sin batir. Incorpora poco a poco la leche caliente sin dejar de mover.
Filtra la mezcla pasándola por un colador fino. Retira las burbujas de la superficie con un trozo de papel de cocina.
Llena los moldes con la mezcla y colócalos en una fuente con papel de cocina en el fondo. Añade agua caliente hasta cubrir el 80 % de su altura.
Hornea a media altura durante unos 30 minutos, hasta que el centro se vea cuajado pero ligeramente tembloroso.
Enfría y desmolda: deja templar, refrigera y desmolda con cuidado pasando una espátula por los bordes antes de girar sobre un plato.


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